En este rincón vamos a escribir cuentos las familias de los chicos y chicas de 1º y 2º
Escrito por...CEIP. PRINCIPE DE ASTURIAS (Móstoles) | 1:46 p. m.
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Anónimo escribió...
A ESCRIBIR TOD@S
Desde aquí os animamos a todas las familias del primer ciclo a que paseis un buen rato contándonos un cuento, ya sea inventado o rescatado del baúl de la abuela.
Érase una vez un país mágico en el que vivían las hadas, los duendes, las flores, los animalitos, pero también tenía una hechicera que por cierto era muuuuuuy fea. Las hadas jugaban y se divertían todo el día, y los duendes cuidaban de ellas, y todo el día estaban de aquí para allá.
Tenían un castillo cercano en el que vivía una princesa, su nombre era Iris. Un día Iris salió de su castillo sin que nadie la viese y se metió en el jardín de las hadas, ellas al verla se asustaron pero cuando vieron que era una niña, se acercaron a ella y la invitaron a jugar. La princesa estaba encantada y no se dio cuenta de que tenía que volver a su castillo donde la esperaba su papá.
Los duendes estaban asustados porque vieron a una hechicera que se dirigía al jardín de las hadas. Cuando éstos se lo dijeron se pusieron todas muy nerviosas y fueron a esconderse a un sitio que tenían secreto. La princesita se quedó atrás y no pudo llegar y se escondió detrás de unas flores. Cuando la hechicera la vio, se rió mucho. - ¡Ja, ja, ja! ¿Qué haces tu aquí pequeña? este no es tu sitio, seguramente que tu papá te estará buscando y ya nunca te encontrará, porque te convertiré en un Bambi. -¿Por qué me has hecho esto? -le preguntó llorando la princesita. -¡Ja, ja, ja! -La hechicera riéndose le contestó -¿No quieres correr? pues corre y ten cuidado con los cazadores, ja,ja,ja.
La princesa Bambi se fue llorando mientras la hechicera se marchaba riéndose malvadamente en dirección al castillo. En el camino preparó un hechizo que la serviría para ponerse muuuuuuuy guapa y así aprovechar que el rey estaba muy triste y engañarlo para casarse con él. Luego ya vería cuales serían sus nuevos planes con su nuevo marido.
La princesa llamaba a las hadas y a los duendes para que la ayudasen, pero con el susto que tenían al oír a un Bambi hablar se marchaban de su lado hasta los animalitos. Un conejito se le acercó y le dijo: - No llores niña, no te preocupes que ya verás como todo tiene solución. - ¿Y tú cómo lo sabes si eres un conejo? ¿Por qué tú también hablas? Contestó la princesita Bambi - Pues será que yo una vez también fui niño al que le gustaba reír y jugar, pero también la hechicera me transformó en lo que ves -contestó el conejito. Empezaron a salir las hadas poco a poco. - ¡Oh! ¿Pero qué te han hecho? con lo bonita que tu eras, te han transformado en un Bambi, bueno, así también estás bonita. - Ha sido la hechicera, ¿qué se puede hacer? Siempre seré un Bambi y ya nunca más podré ver a mi papá.
Los duendes decían que había una cosa que se podía hacer pero era muy peligroso y podía poner en peligro a las hadas. La niña entonces se puso a llorar otra vez y las hadas prometieron ayudarla.
Mientras tanto la hechicera llegaba al castillo y pidió que la recibiese el rey. Con un lujoso vestido y una belleza resplandeciente, se presentó delante del rey. Cuando él la vio quedó prendado de su hermosura. - ¿Qué le trae por estos lugares de tanta tristeza, hermosa mujer? - He sabido que se encontraba muy triste y quise saber si podría yo quitarle esta tristeza. El rey se lo agradeció y se quedó esa noche en el castillo como invitada de honor. Anocheció y la niña Bambi tenía mucho miedo, las hadas la dijeron que no la dejarían sola y su nuevo amiguito el conejito tampoco.
Cuando amaneció, los duendes aparecieron con todo tipo de comidas para darles a las hadas como todos los días, comieron también la princesa Bambi y el conejito. Cuando terminaron explicaron los duendes que existía una montaña que la llamaban de los siete colores que recogiendo sus flores y comiéndolas, el hechizo desaparecería, pero era muy peligroso porque vivía en una gruta de la montaña un dragón que no dejaba que nadie subiese. Así pues, las hadas, la princesa Bambi y el conejito, se pusieron en camino. Mientras en el castillo, la malvada hechicera, casi había conseguido acaparar toda la atención del rey, y los dos lo pasaban muy bien juntos, aunque el rey no sabía las verdaderas intenciones de la hechicera.
Por otro lado, la princesa y sus compañeros de viaje, ya estaban muy próximos a la montaña de los siete colores, y se preguntaban cómo podrían llegar hasta la cumbre para recoger las flores. Las hadas intentaron volar hasta ella pero no lo consiguieron así que tomaron otro camino, algunas de ellas habían oído hablar de un sendero que conducía hasta ella, pero era muy peligroso pues ese camino pasaba cerca de la cueva en la que vivía el dragón. Como no les quedaba más remedio tomaron ese camino.
Pasaron varios días y el rey influido por los poderes de la hechicera accedió a casarse con ella. Todos estaban muy contentos con el nuevo casamiento del rey, veían que el Rey había recobrado la felicidad y sonreía otra vez. El día de la boda fue todo lujo y diversión pues todo el pueblo estaba invitado, bebieron y bailaron toda la noche hasta quedar rendidos. Ya en el dormitorio la hechicera, aprovechando la situación del Rey, se transformó en su verdadero ser y con una risa estremecedora, ja, ja, ja, ja, le dijo: - Querido ¿te gusta mi nueva imagen?, ja, ja, ja, ja, ja… Pues tu me gustas más así… - Y le convirtió en sapo.
Mientras tanto la princesa casi llegando a la cumbre se encontró con la cueva del dragón, este salió y les preguntó que quienes eran ellos para molestarle en su descanso y ellos le contestaron que iban en busca de unas flores. El Dragón les advirtió que el no les dejaría pasar sin más, que tendrían que superar una prueba y esta consistía en resolver una adivinanza: - ¿Quién es el que bebe con los pies? - La princesa Bambi contestó: - El árbol.
El Dragón no tuvo más remedio que dejarles pasar, al llegar a la cumbre era todo maravilloso, había flores de todos los colores, la Princesa empezó a comer y el conejito le siguió, de repente empezaron a desaparecer todos los hechizos y así pudieron comprobar que el conejito era un apuesto Príncipe. Más tarde todos volvieron al jardín de las hadas donde se despidieron de ellas para regresar al castillo. El Rey al recobrar la conciencia pudo comprobar la maldad de la hechicera y la desterró de por vida.
En ese momento llegaron la princesa Iris y su príncipe Raúl al castillo, Iris se abrazó a su padre y volvió a reinar el amor para siempre en el lugar. Los dos jóvenes con el tiempo se casaron y fueron felices y comieron predices y hasta las hadas y los duendes fueron a la boda.
FELÍN, EL GATO INDEPENDIENTE. Erase una vez una familia de gatos que vivían muy felices en su bonito hogar, hasta que el gatito más pequeño, FÉLÍN, creció un poquito y le empezó a molestar que sus papás le mandasen colaborar en las tareas de la casa, incluso cuando le mandaban lavarse los dientes, ¡siempre protestaba por todo lo que le pedían!. Un día, mientras dormía la siesta, empezó a soñar lo bien que podría vivir sin tener que hacer las cosas que sus papás le mandasen, como otros gatos errantes que veía por los basureros de las calles, y cuando se despertó les dijo a todos que quería ser independiente y se fue. De pueblo en pueblo anduvo sin rumbo alguno, por caminos llenos de monte y animales feroces, pero siempre un cuervo le seguía a todas partes, en sus sueños y siestas, viendo que cada vez se metía en aventuras más peligrosas. Su pelo iba perdiendo lucidez y su aspecto era más desaliñado, estaba hambriento y a medida que se agotaba el otoño sentía más frío. El cuervo en sueños le preguntaba ¿vas a buscar a tu familia? No, decía él. Entonces ¿dónde vas?, y él respondió: QUIERO SER INDEPENDIENTE. El cuervo frunció el ceño y dijo: deberías volver con tu familia, que son los que más te quieren y además te enseñarán muchas cosas que aún desconoces. Pero él, orgulloso y altanero, rechazaba el consejo. Los días iban pasando, su cuerpo estaba dolorido por todas partes, comía poco, dormía menos y hasta se había desorientado, y aunque no se lo quería decir a nadie ¡empezaba a echar en falta a sus papás! Cada vez más pájaros se unían al cuervo y hasta otros animales del bosque se sumaban para seguir curiosos las andanzas del gatito FELÍN. Todos le aconsejaban y otros más crueles como los zorros le animaban a continuar. Su familia mientras tanto pedía a todos los vecinos que le ayudasen a buscar a su hijo FELÍN, todo el mundo le buscaba y todo el mundo le llamaba FELÍN, FELIIIIIIIN...
Un día soleado del veranillo de San Martín, FELÍN lloraba desconsolado, estaba desvanecido y al sol tumbado se quedó dormido y de nuevo el cuervo le volvió a aconsejar. Entonces el gatito le preguntó ¿y tu quién eres, te han mandado mis papás? y el cuervo le respondió: soy tu guardián y tu conciencia y quiero lo mejor para ti, como tus papás. Ellos te están buscando y quieren que vuelvas a casa. Los demás pajarillos asentían lo que el cuervo le decía, mientras los zorros se escondían tras los arbustos riéndose de sus calamidades y penurias y le insinuaban entre dientes: "no le hagas caso", pero el gatito, que estaba convencido de lo que el cuervo le había dicho y que ya no quería ser independiente, no quiso oír lo que los zorros le decían y con las pocas fuerzas que le quedaban pegó un salto y un grito ¡NOOOOOOOOO! y se despertó entre voces que le llamaban: FELÍN, FELIIIIIN... ...Y FELÍN aprendió esta lección: "Nadie le quería más que su familia y con ellos era muy feliz y además ser independiente, cuando uno es muy pequeñito, tiene sus consecuencias".
Habìa una vez un pequeño dragón que sòlo comìa melocotón .Aunque sus hermanos , sus amigos y sus vecinos le invitaban a toda clase de manjares propios de los dragones , el dragòn les pedìa esta fruta . Un buen dìa este dragòn , por casualidad , probò el melòn y desde entonces decidiò que desde entonces ya sòlo comerìa melòn y de postre melocotòn .
Ya había llegado el bosque de Manastar. Todos estaban esperando a los regalos de Papa Noel ansiosamente. Los amigos del tigre iban a invitar al tigre a una fiesta que iban a celebrar en noche vieja con mucha comida. El tigre era una persona muy especial para sus amigos, al principio le tenían miedo pero luego se dio cuenta de que es un buen animal. La tortuga fue a darle una invitación. Le dijo: ¡¡Hola Tigre, tengo que decirte una cosa!! Pero el tigre estaba de mal humor y le dijo a la tortuga que le daba igual, que no quería oír nada de un animal tan lento y que se perdiera. La tortuga se fue enfadada y se lo contó a sus amiguitos .Entonces, fue el conejito a intentarlo. Dijo: ¡¡Hola Tigre!! Te quiero decir una cosa. Pero el tigre seguía de mal humor y le dijo que no quería oír nada de un conejo que solo come zanahorias y le saco la lengua. Para conejito eso era muy raro porque ellos eran mejores amigos desde que eran pequeños. Siguió así durante unos días mas, decidieron ignorarle completamente y no invitar al tigre a la fiesta. Si le veían seguían como si el no estuviese allí y se el tigre decía algo hacían como si no hubiesen oído nada. Empezó a llegar todos los invitados a la fiesta y se pusieron a bailar todos. El tigre había oído donde se celebraba y decidió ir, para disculparse de haberse enfadado con ellos y burlarse. Cuando llego todos pararon de bailar por un segundo, pero siguieron, querían seguir con el plan porque ellos pensaban que el tigre venia a burlarse de la fiesta. El tigre se fue directamente hacia conejito que se estaba comiendo un bocadillo de zanahorias.“perdóname por haberme burlado de ti y por haberme enfadado pero es que estaba de muy al humor y no me di cuenta d lo que hacia” Los animales decidieron perdonarle por que parecía que lo decía enserio. Tuvieron una fiesta muy divertida y una navidad bonito con muchos regalos.
Está un poquito chungo, pero si te gustó agregame a: dimps_the_bst@hotmail.com :P
7 Añade tu cuento:
A ESCRIBIR TOD@S
Desde aquí os animamos a todas las familias del primer ciclo a que paseis un buen rato contándonos un cuento, ya sea inventado o rescatado del baúl de la abuela.
"La Hechicera Malvada"
Érase una vez un país mágico en el que vivían las hadas, los duendes, las flores, los animalitos, pero también tenía una hechicera que por cierto era muuuuuuy fea. Las hadas jugaban y se divertían todo el día, y los duendes cuidaban de ellas, y todo el día estaban de aquí para allá.
Tenían un castillo cercano en el que vivía una princesa, su nombre era Iris. Un día Iris salió de su castillo sin que nadie la viese y se metió en el jardín de las hadas, ellas al verla se asustaron pero cuando vieron que era una niña, se acercaron a ella y la invitaron a jugar. La princesa estaba encantada y no se dio cuenta de que tenía que volver a su castillo donde la esperaba su papá.
Los duendes estaban asustados porque vieron a una hechicera que se dirigía al jardín de las hadas. Cuando éstos se lo dijeron se pusieron todas muy nerviosas y fueron a esconderse a un sitio que tenían secreto. La princesita se quedó atrás y no pudo llegar y se escondió detrás de unas flores. Cuando la hechicera la vio, se rió mucho.
- ¡Ja, ja, ja! ¿Qué haces tu aquí pequeña? este no es tu sitio, seguramente que tu papá te estará buscando y ya nunca te encontrará, porque te convertiré en un Bambi.
-¿Por qué me has hecho esto? -le preguntó llorando la princesita.
-¡Ja, ja, ja! -La hechicera riéndose le contestó -¿No quieres correr? pues corre y ten cuidado con los cazadores, ja,ja,ja.
La princesa Bambi se fue llorando mientras la hechicera se marchaba riéndose malvadamente en dirección al castillo. En el camino preparó un hechizo que la serviría para ponerse muuuuuuuy guapa y así aprovechar que el rey estaba muy triste y engañarlo para casarse con él. Luego ya vería cuales serían sus nuevos planes con su nuevo marido.
La princesa llamaba a las hadas y a los duendes para que la ayudasen, pero con el susto que tenían al oír a un Bambi hablar se marchaban de su lado hasta los animalitos. Un conejito se le acercó y le dijo:
- No llores niña, no te preocupes que ya verás como todo tiene solución.
- ¿Y tú cómo lo sabes si eres un conejo? ¿Por qué tú también hablas? Contestó la princesita Bambi
- Pues será que yo una vez también fui niño al que le gustaba reír y jugar, pero también la hechicera me transformó en lo que ves -contestó el conejito.
Empezaron a salir las hadas poco a poco.
- ¡Oh! ¿Pero qué te han hecho? con lo bonita que tu eras, te han transformado en un Bambi, bueno, así también estás bonita.
- Ha sido la hechicera, ¿qué se puede hacer? Siempre seré un Bambi y ya nunca más podré ver a mi papá.
Los duendes decían que había una cosa que se podía hacer pero era muy peligroso y podía poner en peligro a las hadas. La niña entonces se puso a llorar otra vez y las hadas prometieron ayudarla.
Mientras tanto la hechicera llegaba al castillo y pidió que la recibiese el rey. Con un lujoso vestido y una belleza resplandeciente, se presentó delante del rey. Cuando él la vio quedó prendado de su hermosura.
- ¿Qué le trae por estos lugares de tanta tristeza, hermosa mujer?
- He sabido que se encontraba muy triste y quise saber si podría yo quitarle esta tristeza.
El rey se lo agradeció y se quedó esa noche en el castillo como invitada de honor. Anocheció y la niña Bambi tenía mucho miedo, las hadas la dijeron que no la dejarían sola y su nuevo amiguito el conejito tampoco.
Cuando amaneció, los duendes aparecieron con todo tipo de comidas para darles a las hadas como todos los días, comieron también la princesa Bambi y el conejito. Cuando terminaron explicaron los duendes que existía una montaña que la llamaban de los siete colores que recogiendo sus flores y comiéndolas, el hechizo desaparecería, pero era muy peligroso porque vivía en una gruta de la montaña un dragón que no dejaba que nadie subiese. Así pues, las hadas, la princesa Bambi y el conejito, se pusieron en camino. Mientras en el castillo, la malvada hechicera, casi había conseguido acaparar toda la atención del rey, y los dos lo pasaban muy bien juntos, aunque el rey no sabía las verdaderas intenciones de la hechicera.
Por otro lado, la princesa y sus compañeros de viaje, ya estaban muy próximos a la montaña de los siete colores, y se preguntaban cómo podrían llegar hasta la cumbre para recoger las flores. Las hadas intentaron volar hasta ella pero no lo consiguieron así que tomaron otro camino, algunas de ellas habían oído hablar de un sendero que conducía hasta ella, pero era muy peligroso pues ese camino pasaba cerca de la cueva en la que vivía el dragón. Como no les quedaba más remedio tomaron ese camino.
Pasaron varios días y el rey influido por los poderes de la hechicera accedió a casarse con ella. Todos estaban muy contentos con el nuevo casamiento del rey, veían que el Rey había recobrado la felicidad y sonreía otra vez. El día de la boda fue todo lujo y diversión pues todo el pueblo estaba invitado, bebieron y bailaron toda la noche hasta quedar rendidos. Ya en el dormitorio la hechicera, aprovechando la situación del Rey, se transformó en su verdadero ser y con una risa estremecedora, ja, ja, ja, ja, le dijo:
- Querido ¿te gusta mi nueva imagen?, ja, ja, ja, ja, ja… Pues tu me gustas más así…
- Y le convirtió en sapo.
Mientras tanto la princesa casi llegando a la cumbre se encontró con la cueva del dragón, este salió y les preguntó que quienes eran ellos para molestarle en su descanso y ellos le contestaron que iban en busca de unas flores. El Dragón les advirtió que el no les dejaría pasar sin más, que tendrían que superar una prueba y esta consistía en resolver una adivinanza:
- ¿Quién es el que bebe con los pies?
- La princesa Bambi contestó:
- El árbol.
El Dragón no tuvo más remedio que dejarles pasar, al llegar a la cumbre era todo maravilloso, había flores de todos los colores, la Princesa empezó a comer y el conejito le siguió, de repente empezaron a desaparecer todos los hechizos y así pudieron comprobar que el conejito era un apuesto Príncipe. Más tarde todos volvieron al jardín de las hadas donde se despidieron de ellas para regresar al castillo. El Rey al recobrar la conciencia pudo comprobar la maldad de la hechicera y la desterró de por vida.
En ese momento llegaron la princesa Iris y su príncipe Raúl al castillo, Iris se abrazó a su padre y volvió a reinar el amor para siempre en el lugar. Los dos jóvenes con el tiempo se casaron y fueron felices y comieron predices y hasta las hadas y los duendes fueron a la boda.
fin
FELÍN, EL GATO INDEPENDIENTE.
Erase una vez una familia de gatos que vivían muy felices en su bonito hogar, hasta que el gatito más pequeño, FÉLÍN, creció un poquito y le empezó a molestar que sus papás le mandasen colaborar en las tareas de la casa, incluso cuando le mandaban lavarse los dientes, ¡siempre protestaba por todo lo que le pedían!.
Un día, mientras dormía la siesta, empezó a soñar lo bien que podría vivir sin tener que hacer las cosas que sus papás le mandasen, como otros gatos errantes que veía por los basureros de las calles, y cuando se despertó les dijo a todos que quería ser independiente y se fue.
De pueblo en pueblo anduvo sin rumbo alguno, por caminos llenos de monte y animales feroces, pero siempre un cuervo le seguía a todas partes, en sus sueños y siestas, viendo que cada vez se metía en aventuras más peligrosas.
Su pelo iba perdiendo lucidez y su aspecto era más desaliñado, estaba hambriento y a medida que se agotaba el otoño sentía más frío.
El cuervo en sueños le preguntaba ¿vas a buscar a tu familia? No, decía él. Entonces ¿dónde vas?, y él respondió: QUIERO SER INDEPENDIENTE. El cuervo frunció el ceño y dijo: deberías volver con tu familia, que son los que más te quieren y además te enseñarán muchas cosas que aún desconoces. Pero él, orgulloso y altanero, rechazaba el consejo.
Los días iban pasando, su cuerpo estaba dolorido por todas partes, comía poco, dormía menos y hasta se había desorientado, y aunque no se lo quería decir a nadie ¡empezaba a echar en falta a sus papás!
Cada vez más pájaros se unían al cuervo y hasta otros animales del bosque se sumaban para seguir curiosos las andanzas del gatito FELÍN. Todos le aconsejaban y otros más crueles como los zorros le animaban a continuar.
Su familia mientras tanto pedía a todos los vecinos que le ayudasen a buscar a su hijo FELÍN, todo el mundo le buscaba y todo el mundo le llamaba FELÍN, FELIIIIIIIN...
Un día soleado del veranillo de San Martín, FELÍN lloraba desconsolado, estaba desvanecido y al sol tumbado se quedó dormido y de nuevo el cuervo le volvió a aconsejar. Entonces el gatito le preguntó ¿y tu quién eres, te han mandado mis papás? y el cuervo le respondió: soy tu guardián y tu conciencia y quiero lo mejor para ti, como tus papás. Ellos te están buscando y quieren que vuelvas a casa. Los demás pajarillos asentían lo que el cuervo le decía, mientras los zorros se escondían tras los arbustos riéndose de sus calamidades y penurias y le insinuaban entre dientes: "no le hagas caso", pero el gatito, que estaba convencido de lo que el cuervo le había dicho y que ya no quería ser independiente, no quiso oír lo que los zorros le decían y con las pocas fuerzas que le quedaban pegó un salto y un grito ¡NOOOOOOOOO! y se despertó entre voces que le llamaban: FELÍN, FELIIIIIN... ...Y FELÍN aprendió esta lección: "Nadie le quería más que su familia y con ellos era muy feliz y además ser independiente, cuando uno es muy pequeñito, tiene sus consecuencias".
yo y mi pimo fuimmos al pake y me cai
Habìa una vez un pequeño dragón que sòlo comìa melocotón .Aunque sus hermanos , sus amigos y sus vecinos le invitaban a toda clase de manjares propios de los dragones , el dragòn les pedìa esta fruta .
Un buen dìa este dragòn , por casualidad , probò el melòn y desde entonces decidiò que desde entonces ya sòlo comerìa melòn y de postre melocotòn .
muy divertidos cuentos
Ya había llegado el bosque de Manastar. Todos estaban esperando a los regalos de Papa Noel ansiosamente. Los amigos del tigre iban a invitar al tigre a una fiesta que iban a celebrar en noche vieja con mucha comida. El tigre era una persona muy especial para sus amigos, al principio le tenían miedo pero luego se dio cuenta de que es un buen animal. La tortuga fue a darle una invitación. Le dijo: ¡¡Hola Tigre, tengo que decirte una cosa!! Pero el tigre estaba de mal humor y le dijo a la tortuga que le daba igual, que no quería oír nada de un animal tan lento y que se perdiera. La tortuga se fue enfadada y se lo contó a sus amiguitos .Entonces, fue el conejito a intentarlo. Dijo: ¡¡Hola Tigre!! Te quiero decir una cosa.
Pero el tigre seguía de mal humor y le dijo que no quería oír nada de un conejo que solo come zanahorias y le saco la lengua. Para conejito eso era muy raro porque ellos eran mejores amigos desde que eran pequeños.
Siguió así durante unos días mas, decidieron ignorarle completamente y no invitar al tigre a la fiesta. Si le veían seguían como si el no estuviese allí y se el tigre decía algo hacían como si no hubiesen oído nada. Empezó a llegar todos los invitados a la fiesta y se pusieron a bailar todos. El tigre había oído donde se celebraba y decidió ir, para disculparse de haberse enfadado con ellos y burlarse.
Cuando llego todos pararon de bailar por un segundo, pero siguieron, querían seguir con el plan porque ellos pensaban que el tigre venia a burlarse de la fiesta. El tigre se fue directamente hacia conejito que se estaba comiendo un bocadillo de zanahorias.“perdóname por haberme burlado de ti y por haberme enfadado pero es que estaba de muy al humor y no me di cuenta d lo que hacia”
Los animales decidieron perdonarle por que parecía que lo decía enserio. Tuvieron una fiesta muy divertida y una navidad bonito con muchos regalos.
Está un poquito chungo, pero si te gustó agregame a: dimps_the_bst@hotmail.com :P
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